Ven hermano y cántale a Cristo a ese Cristo joven que un día nos redimió. Haz, de tu amor una plegaria o un simple canto alegre que el Señor escuchará. Ven aquí, canta ya, no te olvides tú de Cristo, piensa que, en la cruz, por nosotros El se dio. No te alejes del camino marcado que Cristo ha señalado para acercarnos a El. Devuélvele con fe inquebrantable ese amor incuestionable que nos ha ofrecido El. Ven aquí, canta ya, no te olvides tú de Cristo, piensa que, en la cruz, por nosotros El se dio.