Miércoles 2 de noviembre
Conmemoración de todos los fieles difuntos
La tradición de rezar por los muertos se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, en donde ya se honraba su recuerdo y se ofrecían oraciones y sacrificios por ellos.
Cuando una persona muere ya no es capaz de hacer nada para ganar el cielo; sin embargo, los vivos sí podemos ofrecer nuestras obras para que el difunto alcance la salvación.
Con
las buenas obras y la oración se puede ayudar a los seres queridos a
conseguir el perdón y la purificación de sus pecados para poder
participar de la gloria de Dios.
A estas oraciones se les llama sufragios. El mejor sufragio es ofrecer la Santa Misa por los difuntos.
(Fuente: Catholic.net)